¿Acaso no matan a los caballos?

¿Acaso no matan a los caballos? Horace McCoy.

FC acaso no matan los caballos

Navona Ineludibles
They Shoot Horses, Don’t They?
Traduce Enrique de Hériz
ISBN: 978-84-17181-23-9
N° páginas : 160
Medidas: 140 x 210 mm.
Peso: 272 gr
Encuadernación: Tela
21.00 €

Me puse en pie. Por un momento volví a ver a Gloria sentada en aquel banco del muelle. La bala acababa de darle en la sien; ni siquiera había empezado a manar la sangre. El fogonazo de la pistola aún le iluminaba la cara. Todo simple como el día.

¿Acaso no matan a los caballos?, publicada en 1935, es de esas novelas con la capacidad de regresar a tu memoria con pequeños golpes que te transportan al escenario donde tiene lugar toda la trama, un escenario relativamente pequeño donde se refleja la desesperación a la que se ven sometidos los protagonistas de la historia.

Nos vamos a Los Ángeles para presenciar rápidamente el primer encuentro (fortuito) entre Gloria y el acusado. Sabemos desde la primera página cómo acabó todo pero nos da lo mismo porque ya presentimos que eso no es lo importante, que lo importante es el cómo se llegó al desenlace. Nos adentramos así en una narración que va alternando la realidad en el juzgado con los hechos que tuvieron lugar en aquel entonces, cuando Gloria anima a su nuevo amigo a presentarse con ella a un maratón de baile en el que quizá lo más importante sea que mientras dure la competición podrán comer y dormir gratis sin preocupaciones. Ambos tienen un sueño común, formar parte de la industria de Hollywood así que además creen que es un buen motivo para presentarse. Habrá cámaras que mostrarán el concurso al mundo y eso les proporciona un aliciente más.

Pasan gran cantidad de cosas a lo largo de esta corta novela, pero sin duda si algo se palpa en cada página es la claustrofobia que proporcionan las propias reglas del maratón de baile, donde el que se para de bailar pierde y con ello se esfuma la posibilidad de seguir viviendo en una realidad diferente a la suya, comen bailando, duermen quince minutos en los que apenas pueden cerrar ambos ojos por miedo a caer del concurso… y todo ante la atenta mirada de esos espectadores ansiosos por ver cómo los participantes van cayendo presa de su cansancio y desesperación.

La novela es corta, sí, pero precisa. La crítica  a la sociedad que se palpa en cada una de las páginas es abrumadora a la par que cruel y a pesar de tratarse de una historia de ficción escrita hace más de 80 años nos hace pararnos a pensar en la cantidad de «realities» que nos rodean hoy en día, donde el destino de los participantes se muestra a todo el mundo. Porque vende. Y a pesar de todo eso la considero una de las novelas más originalmente escritas que he leído en todo el año. Curiosa realidad la que vivimos. Quizá la sociedad no ha cambiado tanto.

Eris

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5 respuestas a “¿Acaso no matan a los caballos?

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