Mía es la venganza. Marie Ndiaye.

Mía es la venganza. Marie Ndiaye.

Existen diferentes casuísticas por las que elijo una novela, de la que no he oído hablar con antelación, y no la que está en el montón de al lado cuando visito la librería. La mayoría de las veces es la portada la que hace ese trabajo, pero otras es simplemente el título. Mía es la venganza me embaucó con esas cuatro palabras, y se vino conmigo.

La historia comienza a principios de enero de 2019 cuando un tímido Gilles Principaux entra en el despacho de la letrada Susane para pedirle que lleve el caso de su esposa Marlyne y que la salve de lo que él define como «error judicial. Pero ese error judicial no es lo que frena inicialmente a Susane a aceptar a Marlyne como cliente, si no un continuo darle vueltas a la cabeza preguntándose de qué le suena Principaux, y, de repente, como lectora me dejo llevar atónita durante la lectura preguntándome cómo es posible que ocupe más tiempo en su cabeza la pregunta ¿de qué conozco a este hombre? que el hecho de que una madre matara, sin motivo aparente, a sus tres hijos, por no hablar del tremendo interés que tiene su marido en liberarla de la cárcel.

«Los muertos no iban a abandonar su sueño para nacer una segunda vez.»

En Mía es la venganza somos testigos de cómo se va desmadejando cada uno de los tormentos que invaden la cabeza de Susane y que no solo son las dos tramas principales de la novela, porque hay más: una empleada de hogar con unos hábitos un tanto extraños y que se ocupa de las tareas domésticas de la letrada a cambio de llevarle «su caso», unos padres con los que tiene una relación difícil de definir y de la que nos va dejando pequeños detalles a través de vivencias pasadas.

«Estamos bien, estamos tranquilos, no queremos que nos anuncies algo desagradable, aunque nuestro papel sea acogerte, recibir malas noticias, pero no queremos, nos negamos en rotundo, por eso solo tuvimos un hijo, tú, a quien queremos, aunque a veces desearíamos no tener noticias tuyas por temor a que sean malas.»

Me ha gustado muchísimo la atmósfera que la autora crea para el lector, en la que continuamente es testigo de unos personajes que se sienten amenazados por lo que les toca vivir. No se salva ni uno, todos tienen sus miserias, sus secretos, y muchos de ellos ni siquiera conseguiremos descubrirlos, alimentando la lectura con una buena carga de intriga.

Ndiaye se encarga de que conozcamos, a través de las situaciones en las que Susane se ve involucrada, a cada uno de sus personajes, que lleguemos a comprender el porqué de sus comportamientos, consiguiendo, por momentos, que empaticemos incluso con los más despreciables porque… alguna razón tendría para actuar así, sorprendiéndonos embaucados en un… ahora lo entiendo todo.

Sin embargo, es justo que diga la gran cantidad de ocasiones en las que me descubrí entornando los ojos a causa de una narración con una carga tremenda de adjetivos y de conjunciones adversativas. Probablemente tenga una explicación literaria que se me escapa y que quizá algún día consiga comprender, pero me ha dado mucha pena que una historia con tanto potencial, de esos que llevan la palabra thriller en cada párrafo y no solo se emplea para decorar la faja, se haya visto empañada por una narración que, por momentos, entorpecía mi lectura.

Eris Ita

Mía es la venganza
Marie Ndiaye
La vengance m’appartient
Traduce Palmira Feixas
Edita Gatopardo
250 páginas
ISBN: 978-84-123021-5-8
Publicada el 25 octubre 2021
19.95 €

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