La lección de anatomía…

La lección de anatomía. Marta Sanz.

Anagrama
ISBN 978-84-339-6012-2
NÚM. DE PÁGINAS 368
COLECCIÓN Compactos
PUBLICACIÓN 17/01/2018
10.90 €

Llenaría mi casa de compactos Anagrama, ese arcoiris a precios razonables para rezagados como yo que en el momento de la publicación original no han podido disfrutar de su lectura, así que cuando en enero le tocó el turno a La lección de anatomía, uno de mis eternos pendientes, no tardé en hacerme con él.

Inicialmente publicada en 2008 La lección de anatomía nos muestra a una mujer de cuarenta años que echa un vistazo atrás para traernos un texto biográfico, que por momentos se convierte en una novela a ojos del lector, en la que la protagonista te habla para contarte sus recuerdos, las anécdotas que han conseguido pincelar la mujer que es y que recuerda con una nitidez asombrosa. Lo hace pasando por momentos alegres y tristes, algunos me han hecho sacar más de una sonrisa al verme a mí misma en semejante tesitura y otros me han hecho pensar en la sensación de melancolía que transmite al lector obligándolo sin que se dé cuenta a que él mismo haga un hueco para meditar si sería capaz de echar la vista atrás para hacer una disección de sí mismo tan interesante a la par que constructiva.

Desconozco las diferencias exactas que puedan existir entre esta publicación (a la que Marta llama «edición-ave fénix»), que la autora ha aprovechado para revisar, repensar y tratar de mejora, y la original. Nos la divide en tres partes en las que se diferencian perfectamente cada una de las etapas que nos ha querido traer: su infancia, su adolescencia y su juventud, hasta llegar a esos cuarenta que le han hecho echar la vista atrás para darle una última vuelta a todos los recuerdos que han conformado esta estupenda lectura con la que me he emocionado pero también me he reído, por momentos hasta la carcajada, con cualquiera que tuviera cerca, maravillándome no solo por la manera en la que está escrito sino, como he comentado, por su capacidad memorística. En la última parte, además, nos regala un nuevo capítulo que seguramente haya echado en falta con los años y que ha querido que forme parte de una lección que ahora sí puede decir que esté completa.

Lo que sí sé es que me quedo con un montón de recuerdos suyos, que ya son míos, sobre cómo la protagonista de esta vida, abierta en canal para el lector, adoraba a su madre, hacía amistades, se instalaba en nuevas residencias, se amoldaba, trataba de mimetizarse, iba y venía, resistiendo, viviendo. Me ha encantado.

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Eris