Rayos…

… de Miqui Otero.

Una forma de ver el tiempo y la amistad.

328 páginas
Encuadernación cartoné / 14 x 21 cm
ISBN: 978-84-16290-40-6
Ilustrador: David de las Heras
21€

Sinopsis

Fidel Centella se va de casa sin saber qué busca, y quizás por eso todo le llegará por sorpresa: el dilema de si Bárbara, la chica que roba y silba, o Diana, la que tiene mucho y lo ofrece todo; las hazañas en el ruinoso piso compartido que apenas duerme; las leyendas urbanas de un barrio con casi tanto color como sombras; los brindis con su padre enfermo. Siempre rebotando entre la memoria gallega de su familia emigrante y la promesa de muchas vidas posibles. Cuando quiera orientarse, mirará los rayos de luz que nacen en la montaña de su ciudad. Esos que, como Justo, Iu y Brais, siempre han estado ahí. Los que, como sus amigos, brillan más cuando todo está oscuro. Los que le muestran el camino a casa.

Rayos es la novela más íntima y poderosa de uno de los mejores narradores del panorama literario nacional. Otero retrata una realidad compleja con una mirada luminosa. Caleidoscópica, sutil y, sobre todo, viva.

El autor

By Elena Blanco – Elena Blanco, CC BY-SA 4.0.

Miqui Otero (Barcelona, 1980) es novelista y periodista catalán. Empezó gestionando proyectos como la discográfica Doble Vida Discos y algunos fanzines o cinefòrums locales.

El año 2010 publicó su primera novela Hilo musical (Alpha Decay), ganadora el premio Nuevo Talento FNAC. Dos años más tarde, publicó La cápsula del tiempo (Blackie Books, 2012), escogido libro del año por Rockdelux, que en su tercera edición trae vendidos más de 10.000 ejemplares. Su última publicación, Rayos (Blackie Books, 2016) es su novela más íntima pero a la vez la más ambiciosa; considerada por los críticos «una de las grandes novelas de la ciudad de Barcelona«. También ha participado en antologías de nuevos narradores como Última temporada (Lengua de Trapo, 2013) y en libros colectivos de ensayo como Una risa nueva (Nausicaa, 2010) y CT o La Cultura de la Transición (Debolsillo, 2012), entre otros.

Actualmente colabora con el diario El País y con Cultura/s de La Vanguardia, anteriormente colaboró con El Confidencial, habla en varias radios y da clases de literatura y periodismo creativo en la Universitat Autònoma de Barcelona.

Mis impresiones

Lo primero que me gustaría decir es que esta es una de las novelas que más me ha impresionado de lo que he leído este año. No quiero decir que la considere la mejor, ni que su valor literario sea superior al resto, pero sin duda es la que me ha calado más hondo. Ni siquiera sabría decir el porqué. No me siento especialmente identificado con el personaje, ni he vivido una realidad semejante, pero hay algo en la manera de contar del escritor que consigue que las vivencias sean universales.

Esta es una novela que trata del tiempo y de las heridas que produce. Miqui Otero nos presenta una serie de personajes en tres planos temporales. La juventud de sus padres en los difíciles años 70 y su migración desde Lugo a Barcelona, la infancia del protagonista y su juventud. Todo esta contado en presente porque el tiempo no es algo lineal, sino que todo parece ocurrir al mismo tiempo, el pasado interviene en el futuro, en un personaje que parece resistirse a crecer (en momentos difíciles viste una camiseta de la infancia). Un personaje que no sabe a dónde va, sufre una desorientación espacial patológica que le impide llegar a donde quiere. Un personaje que deambula entre los impulsos y las contradicciones

La forma de describir los sentimientos de sus padres cuando se marchan de Galicia me parece sumamente acertada, da en el clavo al describir el sentimiento de abandonar lo conocido y anticipan el proceso de crecimiento y desarrollo de Centella. Fidel Centella es un personaje que necesita tomar decisiones, por malas que sean, como le señala su abuelo, su abuela lo tilda de indeciso y Bárbara de inane, él es el “hombre superfluo”, el “Mediocre Brillante”.

La repetición es una de las técnicas que usa Otero y otra es la presentación de las dualidades, una serie de descripciones de actitudes que se repiten a lo largo de la novela dándole ese tono de humor único. El grupo de amigos, los Rayos, son muy diferentes como cualquier grupo de amigos real. En muchas ocasiones se repiten los paralelismos: hay dos tipos de personas, los que tal y los que cual. Como decía Brais existen los hombres termómetro y los termostato, los que se adaptan a la temperatura del ambiente y los que son capaces de modificarla. Ahí está la clave: la capacidad personal. Se repite como un mantra “Como imos marchar?” (abandonar Galicia) que se puede traducir así “¿cómo seremos capaces de irnos?” situado en el momento de considerar la idea de migrar a Barcelona; algo que me parece una manera genial y sintética de plantear esta duda.

Los diálogos entre los amigos llenos de humor, me parecen geniales por lo reales que parecen y establecen el contrapunto para equilibrar el sabor agrio de los daños producidos por el tiempo. Impagable la idea de Videoclip Real.

Es inevitable que al leer un libro se nos venga a la mente libros similares, para daros una idea me recordaba mucho Alta Fidelidad de Nick Hornby, tanto por las relaciones entre los personajes, los sentimientos tardo-juveniles y el tono general.

Esta reseña no hace justicia a todo lo que podréis descubrir en esta espléndida novela. Me gustaría ser capaz de transmitir mejor los logros de Miqui Otero, pero no soy capaz. Hay dos tipos de personas: los que saben escribir y los que no.

Nacho GO