Reseñando El pequeño Arquímedes…

… de Aldous Huxley

Hoy os traigo uno de esos MiniNavonas que tanto me gustan, pequeños por fuera pero grandes, muy grandes por dentro. El pequeño Arquímedes es un relato de poco más de 80 páginas en el que nos cuenta la historia de Guido. El autor nos presenta a un niño prodigio en el que se fijan una pareja inglesa que ha decidido alquilar una casa conmovidos por las espectaculares vistas que la rodean.

«Al final fue la vista lo que nos hizo escoger aquel sitio. […] Menuda sucesión de vistas. Porque cada día era distinta; y, sin moverse de casa, uno tenía la impresión de presenciar un cambio incesante de escenarios […]»

Tendrás que adentrarte en la historia para poder disfrutar tú también de esas vistas que, pese a los enormes inconvenientes que esta vivienda tenía, decidieron alquilar en Italia.

“Sus lecturas son inmensas, tiene un gusto impecable y su oído es muy agudo… Huxley ocupa un lugar único en la literatura inglesa.” T. S. ELIOT

“Aldous Huxley fue un hombre extraordinariamente profético, no hay otro novelista del siglo XX que haya escrito tan sagazmente sobre el futuro.” RAY BRADBURY

Sinopsis

De vacaciones en Italia, el narrador y su mujer conocen al pequeño Guido, una chaval de pueblo. No sabe leer ni escribir, pero está increíblemente dotado para la música y las matemáticas. A los seis años es capaz de demostrar el teorema de Pitágoras más fácilmente que Euclides…

El autor

Aldous Huxley (Godalming, Surrey, Inglaterra, 1894 – Los Ángeles, Estados Unidos, 1963), escritor y miembro de la celebrada familia Huxley. En 1916 ingresó en el Balliol College de Oxford, donde estudió Lengua y Literatura inglesas. A finales de 1916, en Garsington Manor, propiedad de su amiga lady Ottoline Morrell, conoció a algunos miembros del grupo de Bloomsbury, se hizo amigo de D. H. Lawrence y se enamoró de Maria Nys, con la cual se casó en 1919. En 1921 publicó su primera obra en la que recrea el estilo de vida y los personajes de Garsington, Los escándalos de Crome. Contrapunto, publicada en 1928, junto con El tiempo debe detenerse (1944), constituyen el retrato y final de una época. En 1930 se trasladó a Sanary, cerca de Toulon, donde escribió su obra más aclamada, Un mundo feliz (1932). Murió el 22 de noviembre de 1963.

Mis impresiones

No quiero extenderme demasiado en explicaros lo que me atrajo de este relato y lo que me conmovió porque no quiero destriparos la obra. Sabéis que soy de esas personas a las que les gusta adentrarse en una lectura después de escuchar un simple «léelo». En este caso no fue así sino que fue el mismo editor de Navona, cuando anunció en twitter su publicación en junio, el que me convenció. No necesitó mucho porque reconozco que, imagino que tiene que ver con mi formación y profesión, al ver la portada con el nombre de Arquímedes y esos pequeños números entrelazados se me pusieron los ojos como platos y el cerebro me decía… Este es de los tuyos. Luego leí la pequeña y tan sugerente sinopsis y ya no pude dejarlo pasar.

El narrador es el inquilino de esta casa de la que os he hablado. La casa en sí no era especial por sus comodidades pero sí por el paraje que la rodeaba. Nos cuenta tanto sus cosas buenas como las trabas que se encontraron nada más llegar a la misma. Todo lo narra con muchísimo detalle, lo que hace que tú mismo te acabes encontrando paseando por sus habitaciones e incluso sintiendo perfectamente el desconcierto que ellos mismos podían sentir con cada una de las situaciones que se le presentaban.

Y mientras todo esto ocurre conocen a Guido… Un perfecto compañero de juegos para su hijo. Hijo de un campesino. Y pronto se da cuenta de que Guido es especial, con unas habilidades que le hacían suponer que era un niño prodigio, con un talento increíble para la música y las matemáticas. A partir de este momento se dedica a fortalecer este talento dotando a Guido de resursos que le ayuden a desarrollar todas sus habilidades. Pero no siempre las cosas salen como uno se propone y algo se interpone en su camino…

Con una narración exquisita el autor nos adentra en una magnífica historia con un final que no me esperaba para nada y me dejó realmente impactada. Un ejemplo más de como se puede expresar tanto en tan pocas páginas.

Muchas gracias a Navona por el envío de este ejemplar. Muchas gracias por traernos estas bellas historias que me han hecho usar ya el término «domingo navonero» 😉

Podéis encontrar más información del libro pinchando en la imagen de la portada.